A la hora de elegir silla de oficina nos viene bien saber qué aspectos son clave de antemano, con el fin de encontrar dentro del amplio catálogo de sillas de oficina que hay en el mercado, la que más se ajusta a nuestras necesidades como empresa.
Como proveedores de mobiliario de oficina, en Equone nos gusta hacer hincapié en la importancia de la personalización, de forma que cada cliente obtenga la solución más adecuada para sus necesidades de equipamiento. Vamos a hacer un repaso sobre las preguntas que hemos de hacernos a la hora de saber si nuestra silla de oficina es la adecuada y si ha llegado el momento de sustituirla.
Sillas para oficina
Las sillas para oficina son una herramienta de trabajo fundamental. No en vano pasamos sentadas en ellas más de 1.600 horas al año.
Como todo instrumento o herramienta, también sufre el paso del tiempo, sobre todo cuando se le da un uso continuado.
Mediante este test vamos a poder averiguar si la silla debe ser reemplazada por otra o si, por el contrario, hemos de escoger una de diferentes características que nos garantice el confort y el bienestar.
¿No crees que es necesario invertir en tu salud a través de una silla de oficina de calidad?
1- ¿Cuál es mi forma de sentarme?
Cuando pasamos largas jornadas sentados, nuestra columna vertebral puede sobrecargarse, apareciendo contracturas en la espalda, sobre todo en la parte superior, además de dolores en la zona lumbar.
Si nuestra postura es forzada, estaremos contribuyendo probablemente al desarrollo de patologías de espalda que pueden ocasionarnos bajada de rendimiento. De esta forma, lo mejor es analizar nuestra postura de forma previa.
¿Cómo es una postura correcta para la oficina?:
- Mantener una posición sentada que nos permita apoyar la espalda, incluyendo zona lumbar, a la vez que los pies permanecen apoyados en el suelo.
- Asegurarnos de que nuestras piernas permanecen arqueadas en un ángulo de 90º.
- En el caso de que tengamos la necesidad de girarnos en la silla, hemos de evitar que gire nuestro tronco.
- En cuanto a la altura de la mesa, debe ser lo suficientemente alta como para tener los brazos apoyados en una posición cómoda y no forzada
- Cada hora hemos de intentar cambiar nuestra posición. Una buena opción es levantarse a beber agua cuando lo necesitemos.
- Una vez tenemos estos puntos analizados es cuando llegamos al concepto de silla ergonómica que hemos comentado otras veces. Una silla de oficina ergonómica nos permite graduar la altura del asiento, la altura de nuestros reposabrazos, debe girar sobre su eje y permitir la adaptación lumbar al respaldo, además de ser regulable en este sentido.
2- ¿Mi silla de oficina ergonómica es de calidad?
En este sentido, es importante que podamos adaptar la silla a nuestra posición. Por eso, aspectos como el respaldo ajustable en altura son fundamentales. Es también sentido común: si observamos que nuestra silla de escritorio tiene diferentes opciones de adaptación, es porque estamos ante una silla de oficina ergonómica, pues ha sido concebida para asegurar el confort del empleado en su puesto de trabajo. Por lo tanto, es una silla de calidad.
Otro aspecto a tener en cuenta es: ¿de qué material está hecho? No es lo mismo una silla de plástico que una de titanio. Muchas veces, si la silla ya es antigua y no tenemos acceso a su ficha técnica, podemos guiarnos por la consistencia y apariencia: puede ser de plástico o de metal. Hemos de tener en cuenta que no todos los materiales ofrecen las mismas características de durabilidad y de resistencia, con lo que en función de estos materiales nuestra silla puede verse deteriorada o deformada por el uso.
Parece ser que los estudios antropométricos suelen ser la pieza angular en la realidad del diseño de sillas de oficina en el siglo XXI.
También hemos de tener en cuenta los materiales empleados en cuanto a la tapicería. Tejidos traspirables que permitan la transferencia de temperatura corporal serán más confortables que los de imitación de piel o plástico.
3- ¿Mi silla es de diseño?
Una de las preguntas que más temor nos puede acarrear al plantearnos comprar sillas de oficina es si son de diseño, pues solemos interpretarlo como sinónimo de alto precio.
Lo cierto es que dentro del mundo de la sillería de oficina podemos encontrar diversos fabricantes que confeccionan sillas de diferentes gamas. Podemos optar por una silla de gama media-alta, de diseño y concebida desde los estándares de la ergonomía, sin necesidad de que nos suponga un incremento en el precio.
En Equone trabajamos con dos compañías líderes en la fabricación de sillas de oficina: Actiu, firma alicantina que se vende en más de medio mundo, y Steelcase, la marca americana que ha inspirado a otras casas a imitar en cuanto a sus diseños vanguardistas y ergonómicos.
4- ¿Mi silla de oficina se ajusta al tipo de trabajo que tengo que desempeñar?
Es fundamental que estudiemos las características de nuestro puesto de trabajo a la hora de seleccionar una silla de oficina. No es lo mismo elegir una silla de oficina no articulada si nuestro trabajo es mayoritariamente activo y pasamos más de media jornada con desplazamientos, que un puesto de trabajo de tipo oficina, de carácter más sedentario, donde pasamos sentados prácticamente la totalidad de la jornada.
En función de nuestro tipo de trabajo, nuestra silla de escritorio debe ir acorde. Aspectos como la adaptabilidad y la regulación de varios componentes de la misma serán proporcionalmente más importantes cuanto más tiempo pasamos sentados.
5- ¿Mi asiento es regulable?
Aunque pueda parecer un “lujo” disponer de un asiento regulable, lo cierto es que también responde a los estándares de la ergonomía en la confección de la sillería de oficina. Permitir una adaptación del asiento en altura es fundamental para permitir una posición del tronco que dibuje los 90º.
La profundidad del asiento también es fundamental, deberá permitir la colocación del trasero lo más pegado posible al respaldo, quedando la parte anterior de las rodillas situadas en el borde del asiento.
Por último, y no menos importante, asegurarnos de que la forma del asiento debe ser redondeada en su parte delantera para permitir una postura cómoda que no interfiera en nuestra colocación de los muslos.
6- ¿Mi espalda permanece pegada al respaldo?
Para saber si nuestra silla cumple este hecho hemos de terminar la jornada laboral sin contracturas musculares en la zona. Una silla de oficina ergonómica permite que apoyemos desde la zona lumbar hasta las vértebras L3,L4 y L5.
De hecho, algunas sillas de oficina actualmente suelen disponer de respaldo basculante, que permite la adaptación en el mismo ángulo que lo realiza el movimiento de la espalda, de forma que se adapta a la misma y no ofrece resistencia, mejorando el bienestar.
7- ¿Mi silla tiene algún defecto o está rota?
Aunque parezca una obviedad, solemos seguir trabajando con sillas que se han quedado cojas, que han perdido alguna rueda o que estas ya no giran correctamente.
Solemos identificarlo como un gasto, cuando la realidad es que invertir en una silla de oficina es invertir en el rendimiento en nuestro puesto de trabajo, en un aumento de la productividad, y, por tanto, en la satisfacción y autorrealización personal.
8- ¿Mi silla tiene reposabrazos?
Una silla con reposabrazos nos permite contar con un elemento auxiliar para levantarnos o sentarnos, y también para apoyar nuestros brazos a descansar.
Si además los reposabrazos son regulables, estamos añadiendo un punto más en la escala de ergonomía.
9- ¿Mi silla tiene un color adecuado?
Como indicamos en el artículo sobre Psicología del Color para oficinas, los colores vivos pueden ayudar a fomentar la creatividad, aunque hemos de cuidar tu tono lumínico para que no produzca fatiga visual.
10- ¿Me gusta mi silla de oficina?
Por último, hemos de plantearnos si nuestra silla de despacho o de escritorio nos es de nuestro agrado. Muchas veces seguimos utilizando la misma silla durante años por inercia, pero no es hasta que vemos otros modelos cuando nos damos cuenta de la gran cantidad de sillas de diseño y a precios mayormente asequibles que encontramos en el mercado. Aquí no solamente hemos de pensar en la imagen que transmitimos a nuestros clientes, sino que seamos nosotros mismos los que nos encontremos a gusto en nuestro propio puesto de trabajo.